La capacidad de organización es lo que más me ha gustado de esta mochila que, sin ser enorme (30 x 24 x 44 cm con aproximadamente 24 litros), permite llevar todo el equipo fotográfico de manera ordenada y segura.

Los tres compartimentos separados son muy prácticos para distribuir el equipo según necesidades de cada cual. En mi caso, he colocado en el superior el flash y algunos accesorios pequeños, en el central mi Sony con el objetivo montado y en el de abajo dos objetivos adicionales y baterías de repuesto. Los divisores de espuma con velcro dejan personalizar completamente el interior según el equipo que tengas, algo indispensable cuando cambias de configuración dependiendo del tipo de sesión. La parte acolchada para el portátil (que va en un compartimento separado) protege bien el ordenador y no interfiere con el espacio para el equipo fotográfico.

El material exterior parece resistente y repele bien el agua en lloviznas ligeras, aunque para situaciones de lluvia más intensa viene con una funda impermeable que está guardada en un bolsillo inferior que cubre toda la mochila. Las cremalleras funcionan suavemente y los tirantes están bien acolchados, lo que hace que sea cómoda incluso después de varias horas caminando. También me gusta el soporte lateral para el trípode, que mantiene las manos libres durante los desplazamientos.

Y vuelvo a insistir a los fabricantes: por favor, no coloquen el logo tan visible. Es un imán para amigos de lo ajeno.